El departamento de las Landas tiene muchos patrimonios culturales clasificados como monumentos históricos. La abadía de Saint-Jean es una de ellas y se encuentra en el pueblo de Sorde. Este incluso pertenece a los más antiguos, por lo que la UNESCO se encargó de registrarlo entre los sitios del patrimonio mundial en 1998 con un nombre diferente: el camino a Saint-Jacques-de-Compostelle en Francia.
La abadía de Saint-Jean es uno de los sitios más antiguos del departamento de las Landas, ya que data del siglo X. Es una antigua iglesia construida mucho antes de la década de 960 y actualmente convertida en majestuosas ruinas aún muy codiciadas. Su ubicación se encuentra con los ríos de Oloron y Pau. Sirvió como vivienda durante el Neolítico. Pero este sitio ha sido testigo de varios actos bastante turbulentos, como la devastación protestante y la revolución que se llevó consigo los archivos antiguos. También es una de las iglesias destruidas en 1068 y reconstruida posteriormente.
En 1290, el rey de Francia, que no era otro que el senescal de Toulouse, ordenó la fortificación del pueblo de Sorde para protegerlo, pero aún estaba bajo el dominio inglés. Fueron estos años de dominación, que terminaron en 1451, los que iniciaron la devastación del pueblo, sin contar todas las guerras que se sucedieron en el lugar, a partir de entonces. A pesar de su historia, la abadía ha sufrido mejoras y renovaciones a lo largo de las décadas hasta encontrar su aspecto actual. Su carrera es cada vez más apreciada y su arquitectura más estimada.
La abadía de Saint-Jean es reconocida hoy por su arquitectura y la belleza de su entorno. Es accesible a solo 4 kilómetros de Peyrehorade. Visitar esta majestuosa ruina generalmente se realiza en 40 minutos.
El absidiolo sur es la parte más antigua de la abadía. Ha conservado su estilo gótico con sus piedras de color rosa. El altar mayor en mármol policromado de diferentes clases tiene forma de bóveda. Muy cuidado, es obra de los hermanos Mazzetti. El puesto de los monjes, por su parte, está esparcido por toda la iglesia tras su desmembramiento. También se pueden observar empalizadas hechas de hierro forjado. Estos sirvieron como mesa de comunión en ese momento. Sin embargo, lo que más llama la atención es la estatua de madera de la Virgen y el Niño. Data del siglo XVIII, ha sido modernizada y cubierta con policromía. Allí todavía está presente otro mobiliario que data de varios siglos, como la sacristía, el sarcófago y la losa funeraria.