A entre 30 minutos y una hora de distancia de nuestros campings se encuentra Seignosse y una magnífica reserva natural que mantiene un paisaje húmedo particular de las Landas. 52 hectáreas de bosque pantanoso, turbera, estanques y riachuelos: l'Étang Noir (el estanque negro). Una zona de aires misteriosos que vamos a conocer algo mejor en este artículo.
Las Landas es conocida por sus pinares, pero este es un paisaje reciente en una zona que no ha parado de cambiar por la explotación humana desde la época de los romanos. Fueron ellos quienes acabaron con el bosque primigenio de la región y la convirtieron en una ciénaga. Para el siglo XVI, la arena que arrastraba el océano formó las dunas tan famosas que tiene ahora Las Landas, pero que, en su momento, amenazaban con invadir los pueblos cercanos y desertificaron el lugar. En el siglo XVII, se empezaron a plantear soluciones para asentar las dunas y tras varias soluciones y propuestas en los siglos siguientes, llegaron los pinos. Esta reserva natural nos enseña un paisaje conocido para quienes habitaron Las Landas antes del siglo XIX.
Esta reserva natural es ideal para visitar en familia, especialmente con niños pequeños, ya que la zona por la que se puede caminar, claramente marcada dentro de un espacio de unas 18 hectáreas, no llega a los 2 kilómetros. Al tratarse de una zona pantanosa, la única parte por la que se puede caminar es un recorrido de madera sobre el estanque desde el que tendrás magníficas vistas al paisaje y podrás ver toda la flora y la fauna que rodean la pasarela en un agradable paseo de entre 30 minutos y una hora. Hay tramos en que la pasarela no tiene barandilla, pero a menudo es como caminar entre plantas ya que la rodean y la abrazan en todo momento. Durante el recorrido hay un par de miradores para poder disfrutar de las vistas al pantano.
Este peculiar recorrido hará las delicias de los más pequeños porque está en todo momento rodeado de árboles y agua, un cambio de aires para los mayores y un circuito multiaventura para la viva imaginación de la infancia. Además, en todo momento cabe la posibilidad de ver algunos de los animales que habitan el pantano, como nutrias, galápagos o una centena de aves. En cuanto a las plantas, algunas son exclusivas de este clima y este paisaje, como el hibisco de las marismas, y cambian de apariencia con el paso de las estaciones.
En temporada alta, de julio a septiembre, tiene visitas guiadas que se deben reservar. Martes y jueves de 9:30 a 14 h y miércoles y viernes a las 9:30 puntualmente (hay que estar a las 9:15 para salir a la hora), y con un aforo de 9 personas. Ofrece también visitas en lengua de signos francesa.